Recibir por primera vez a un gato en el hogar es un acto de responsabilidad. Su adaptación debe planificarse de forma adecuada para que el felino se sienta cómodo, y hay errores frecuentes que conviene evitar para no afectar su bienestar.
Algunas personas creen que con cariño, comida y agua es suficiente. Sin embargo, los gatos necesitan mucho más para crecer de manera saludable.
Los expertos recomiendan preparar un espacio del hogar donde el gato se quede al comienzo, ya que ese momento es decisivo.
Adecuar una habitación a sus necesidades es clave para que se sienta cómodo y protegido. Debe contar con una cama, comida, agua, arenero y algunos juguetes.
Un armario con las puertas abiertas puede ser un refugio ideal en los primeros días, ya que le brinda seguridad.
Una cama cómoda y alejada de ruidos fuertes favorece la relajación del felino y lo ayuda a adaptarse al nuevo entorno.
Para evitar riesgos, conviene mantenerlo lejos de cables sueltos, ventanas sin protección y plantas tóxicas.
Para el desarrollo muscular de tu gato, la maduración de su sistema inmunológico y el crecimiento de sus huesos, necesita una alimentación adecuada a sus requerimientos.
Los expertos recomiendan alimento formulado para gatitos, con altos niveles de proteína, energía, calcio y fósforo.
Conviene evitar la leche de vaca para prevenir problemas digestivos. Si no accede a la leche materna, existen sustitutos diseñados para gatos.
Es importante ubicar el comedero y el bebedero, de acero o cerámica, en lugares separados. Además, siempre debe tener acceso a agua fresca.
Un rincón tranquilo para el arenero, separado de la zona de alimentación y descanso, es fundamental. Además, debe mantenerse limpio a diario.
El arenero no debe ser muy pequeño ni estar mal ubicado; de lo contrario, el gato buscará otro lugar para hacer sus necesidades.
Para estimular la curiosidad y evitar que tu gato adopte conductas destructivas, debe tener acceso a rascadores, juguetes interactivos y repisas en altura, que canalizan su instinto de caza.
Si bien explorar y trepar son conductas propias de los gatos, su seguridad es lo primero. Para cuidarlo, conviene evitar que se exponga a balcones abiertos, productos de limpieza u objetos inestables que puedan representar un riesgo.
El proceso de adaptación del gato con los miembros de la familia y otros animales debe desarrollarse de forma gradual y respetar sus tiempos.
Aunque cada gato avanza a su ritmo, existe una regla práctica conocida como “3-3-3”: durante los primeros 3 días se siente abrumado, en las primeras 3 semanas empieza a adaptarse al nuevo hogar y, en los primeros 3 meses, se establece y se siente “como en casa”.
Un error frecuente es forzar la interacción. Sacarlo a la fuerza o alzarlo cuando está asustado aumenta su nivel de estrés. También conviene evitar los castigos físicos y los gritos.
Las visitas periódicas al veterinario son esenciales para tu primer gato, ya que los felinos suelen esconder los signos de enfermedad.
Además, detectar a tiempo algún problema de conducta o un cambio en su rutina puede marcar la diferencia entre una vida sana y la aparición de una complicación en su salud.
Los cuidados de los gatos van más allá de la comida y el agua. Foto: Shutterstock.
Al adecuar la primera habitación que conocerá tu gato, es necesario evitar aquello que podría representar una amenaza. 
Tu gato siempre debe tener agua fresca disponible.
El arenero higienizado representa uno de los puntos clave a la hora de cuidar a tu gato de la forma correcta. Foto: Freepik.
Los castigos físicos y gritos son un error a la hora de tratar con tu gato. Foto: Freepik.
